viernes, 5 de octubre de 2007

Cuidado con los sujetos desconocidos....




El amor en el Messenger





Nuestro mundo vive en una época de constantes cambios y evoluciones, esto se lo debemos en gran medida a los avances tecnológicos. Quién hubiese imaginado que un proyecto de inteligencia militar, para interconectar a las principales universidades de Estados unidos y algunos centros de investigación científica, terminará en convertirse en un medio de dominio público; este el caso del Internet, el cual se ha convertido en un canal para hacer el proceso de comunicación más fácil y rápido. La Corporación Microsoft, valiéndose de esta herramienta creó un software (programa) de mensajería instantánea llamado: Messenger, a través de él se puede establecer una conversación en tiempo real, con una o varias personas que se encuentren conectadas al programa.

Para todos los universitarios es muy común que pasemos horas y horas conectados a través de esta página, ya que la propuesta de comunicación del Messenger es muy atractiva, cuenta con elementos que hacen placentera la comunicación, debido a las posibilidades interactivas que este posee como: íconos, videos, sonidos, imágenes, entre otros elementos. Hoy día, este programa facilita en varias medidas los diversos tipos de relaciones interpersonales que se pueden establecer entre los individuos; un ejemplo de ello es que los compañeros de estudio se citan para hacer trabajos a través de este medio, aunque esto no es lo más indicado pero resulta factible cuando existen contratiempos. La comunicación en el Messenger puede clasificarse en dos vertientes: comunicación fácil y comunicación compleja.

La comunicación que posee un proceso más fácil es aquella en donde los individuos que interactúan a través de este medio, ya han tenido o tienen una relación en un espacio real, es decir que conocen desde su físico hasta su forma de proceder, y no dependen de él para interactuar con otra persona. La característica principal de está vertiente es la objetividad, por el conocimiento previo que existe de la persona con quien se conversa.

Sin embargo, la vertiente compleja posee elementos muy fuertes que contribuyen a establecer lazos afectivos entre dos desconocidos. En contraposición con la vertiente anterior, este posee la subjetividad como característica principal. Al establecer contacto con una persona desconocida, esta puede aprovecharse para elaborar un personaje de sí mismo y una historia de su vida, o por el contrario el individuo puede dejar volar su imaginación y sudjetivizar la información que le proporciona su interactuante, adecuándola a sus gustos y preferencias. Pero el problema más grave es cuando se inician a mezclar los sentimientos en este tipo de relación.

¿Qué sucede si tú príncipe o princesa, es un vampiro?

Existen muchas anécdotas de parejas que se han conocido a través del Messenger y han llegado hasta el matrimonio; sin embargo, son más los relatos en donde sujetos sin escrúpulos se valen de él para engañar a los individuos con diversas finalidades: tráfico de personas, violación, robo, estafa, prostitución, narcotráfico, etc. Por esas razones se beben tener precauciones para evitar ser una víctima de la red, lo más conveniente es no confiar en sujetos extraños brindándoles datos personales o elementos trascendentales de nuestra vida con los cuales podamos ser identificados. Todo es cuestión de poseer cautela en la conversación, debemos ser observadores minuciosos para detectar cualquier proceder anormal de la otra persona.

Al establecer una relación amorosa en este medio es como caminar con los ojos vendados. Qué te garantiza que existe sinceridad y no sólo estas enamorado de una fotografía, pero cómo dice la voz popular: “El amor todo lo cree, todo lo soporta”, y a veces pecamos de ingenuos. A lo largo del tiempo la mayoría de estas relaciones no llevan a los sujetos a nada concreto, a veces se interpone la distancia para que ambos tengan una cita en persona, porque siendo realistas con quién se tiene la cita en el Messenger es con una computadora.

La tecnología abre muchas posibilidades para el ser humano, pero hay que saber hacer un uso adecuado de ella, no debemos permitir que una maquinaria sea capaz de controlar nuestras emociones. Debemos establecer límites cuado entramos en contacto con personas que no conocemos y cuidar de no involucrarnos sentimentalmente con ellas.

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