viernes, 9 de noviembre de 2007

Lo maravilloso de ser un comunicador......

“Mi meta era trabajar para mi vejez, pero tengo una pensión raquítica de hambre que sólo sirve para la supervivencia”

Entrevista con Pedro Ángel Herrarte


“Lo que puedo esperar del futuro, si Dios me lo permite, es que El Salvador cambie en todo el aspecto político para que podamos vivir un poco mejor”, afirma Pedro ángel Herrarte, cuando refleja en sus rostro preocupación por la situación política, económica y social que viven los salvadoreños que no gozan de un status privilegiado en la sociedad. El anciano, de ochenta años, estatura media, corporeidad delgada, piel morena y cabello blanco, respondió a todos los cuestionamientos con una fluidez asombrosa; su amabilidad y empatía caracterizaron todo el desarrollo de la entrevista; sin embargo, marcó con firmeza y rigor los problemas que aquejan al país, y que afectan directamente a personas mayores y desvalidas.

Don Pedro, como le llaman todos sus amigos y vecinos, habita en la ciudad de Atiquizaya, en la zona occidental del país, después de pasar muchos años fuera de su pueblo. “Yo salí de mi pueblo hacia San Salvador en 1947, un medio hermano me consiguió trabajo, y encontré un ambiente favorable para mi superación personal, la cual no hubiese encontrado en mi pueblo. Trabajando allá conocí muchas personas, compañeros de trabajo”, dice. Él aprendió el oficio de sastrería, el cual abandono hace diez años cuando inició a padecer de glaucoma.

El adulto mayor presenció muchos de los acontecimientos históricos que han marcado la historia del país, desde el incendio de la catedral de San Salvador, la guerra con Hondura en 1979, el asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero, el levantamiento de las masa populares en contra de la fuerza armada (Guerra Civil), el asesinato de los padres jesuitas, hasta los acuerdos de paz. “A través de la historia los acontecimientos se han debido a las organizaciones que se manifiestan para pedirle al gobierno y un mejor nivel de vida. De todos los aconteciditos que viví, en los treinta años que habité en San Salvador, el más impactante fue la guerra civil, era impresionante ver cadáveres de niños, mujeres, hombres, ancianos, tirados en las calles” , comenta.


El estado actual del país daña a las masas sin respetar género, edad, o credo: “Habemos un montón de nosotros, gente que somos mayores de edad y esto nos afecta grandemente, ya que a veces tenemos que limitarnos en la alimentación y otras cosas”, enfatiza. Todas las personas tenemos derecho a una vida digna, como lo expresa la constitución de la república. En el caso de los adultos mayores se debe tener un cuidado y protección adecuados, para que no padezcan limitaciones. “Y o tengo una pensión raquítica de hambre, que sólo sirve para la supervivencia, aquí estoy esperando que El Salvador cambie, para poder vivir un poco mejor, en espera que a nosotros nos mejoren las pensiones”, expone.

El gobierno cuida de sus beneficios y el de las personas acaudaladas. La economía del país decae: “Los precios de la canasta básica se han disparado con el dólar. Nada más le preguntaba a una señora en la cosecha de anonas cuánto valía una, y ella me dijo que un dólar, pero si hacemos la conversión del dólar al colón tenía que estarle pagando ocho cólones y setenta y cinco centavos por una anona, y eso es risible; sí estuviera el colón cómo un consumidor podrí dar eso por una fruta, si ese no es su valor real” argumenta. A demás de ello, existe un listado de elementos que obligan a los salvadoreños a padecer por el manejo indebido de los recursos económicos de parte de las cúpulas gubernamentales. “Los precios de las medicinas están por las nubes, yo soy afiliado del ISSS y es raro que uno encuentre medicina”, explica.

Sin embargo, a pesar de todos los problemas económicos, que pueda poseer, Pedro Ángel Herrarte se considera una persona feliz, ya que cuenta con el cariño de algunos de sus nietos que lo aman como padre. “Para mí lo más importante en mi vida es el amor que mi familia me brinda, las demostraciones de alguno de mis hijos-nietos, no todos porque no hay siempre la misma cercanía”, externa. Su mayor deseo es ver a sus nietos como profesionales exitosos: “El consejo que yo les daría a mis nietos es que aprovechen la oportunidad de estudiar, ya que muchas personas carecen de ella”, afirma.

Él se define como una persona que vive con tranquilidad, y espiritualidad: “Yo de joven tuve una vida desordenada; sin embargo, corregí mi camino”, explica. Su pasatiempo
Es encontrarse informado acerca del acontecer nacional e internacional “Me gusta mucho ver las noticias para estar bien informado de todo lo que pasa”, comenta. Con una sonrisa en los labios y una carcajada se despidió Pedro Ángel, diciendo: “Ya va a ser hora se Sábado Gigante…”

1 comentarios:

Jose Aguilar dijo...

me agrada lo q has escrito compañera.